martes, 31 de julio de 2007

HOLLYWOOD

A Jhonny Guerra Lamas… mi demonillo


La casa. El hogar. Las paredes corroídas por la humedad: verdosidad en medio del rosa pálido, al costado del refrigerador con curichis de a cincuenta céntimos.

La casa. El hogar. Mi habitación. En el segundo piso, un montón de tablas organizadas en forma de paredes, un techo de calaminas de segunda y el afiche del ino moxo que se moja con cada lluvia.

La casa. El hogar. Mi habitación… ¡ya no están! Sepultado bajo las sacas de cemento, baldes de arena, ladrillos y albañiles artecidas que erigen, donde era mi templo, mi estudio, mi casa, mi hogar, mi habitación, la casa para mi hermana, mi enemiga, mi dolor eterno… ¿A dónde voy?... ¿dónde ocultar mi dolor, mi llanto?... ¿dónde descanso mientras hadas y duendes me cuentan, como cada noche, cuentos de amor homofílico?... ¿dónde escribo mis proyecciones emocionales en 3D y confesiones con tendencia a la neurosis, con inevitable estilo surrealista?... ¿dónde reflexiono sobre mi futuro visto desde el pasado, mientras el presente camina con zapatos de plomo?... ¿dónde amar a mi pequeño demonillo, con calzoncillo rojo y tatuaje temporal en la espalda?... ¿dónde si no es en mi hogar? No… ya no tengo casa, hogar, habitación; ya no tengo madre, hermana, sobrino; sólo hay un silencio cómplice con el gozo ajeno, una sonrisa fingida con la agonía, el abrazo desinfectado con la formalidad y el qué dirán… sólo estoy… solo…solo…sentado al lado de la mesa de esta disco bar, bebiendo mi pasado, mezclado con licor.

 
AL PEQUEÑO DEMONILLO

Me esperas sentado en el balaustre del bulevar mientras te fumas un caribe que alguien te invitó; mochila a la espalda, la gorra y su visera doblada, la sonrisa y el ¡uhhh! cuando me ves llegar. Me abrazas emocionado… ¡Carajo…qué bueno! Tu delgado cuerpo, cubierto con esos polos flojos y los pantalones tipo chavo, son mi poesía con olor a jabón de lavar.

Tomamos cebada de dos por cincuenta, y caminamos lentamente por el bulevar, comiendo las canchitas dulce y salada… “¿vamos al hollywood? Tu sonrisa y esa mirada que me turba y me convence.

Cogemos un motocarro y directo a tu discoteca favorita, mi demonillo alado, pirañón regenerado, cabello lacio, honguito, garañón, gritón y peleador… y mi amante feroz.
“Tengo algo de dinero; alcanzará para dos jarras de cola de mono”. Ubicamos una mesa con dos sillas, cerca al ventilador. Luego de ubicarnos bien bailamos, primero avergonzado yo y luego con desenfado; los vallenatos apegaditos, sí señor, aquí todos lo hacen, aún para armar el chongo; yo me apego a ti, beso tu cuello lleno de vellitos, mientras imagino una escena de novela mejicana… “¡la usurpadora!”, dice el animador, mientras observa a una chivita que mostraba a los muchachos la tanga puesta bajo su pantalón azul marino con el que va a trabajar de profesor en el colegio de la túpac; yo sigo bailando a tu estilo ese vallenato que habla de la historia de un padre que después de veinte años, conoce a su hijo en la cárcel.
Nos sentamos a tomar la colita de mono justo cuando “el perreo” alborotaba a todos en la disco, donde mi primo, gay solapa, pero con tendencia a puta, la hacía linda en el escenario, junto a la “animadora”, Danny Montalbán, locutor de radio otorongo F.M. con su secuencia de “chismes de la farándula”… ¡carajo!... ¡¿qué farándula hay en esta puta chacra llamada Iquitos?!; felizmente soy anónimo, desconocido y hasta me atrevo a robarle un beso esquivo a mi bb, a mi Rony… (Así se llama).
La noche avanza, con cigarrillos entre los dedos, tratando de conversar a gritos, en medio del bullicio, la gran cantidad de bailarines y el constante ir y venir de cuerpos sudorosos, cargados de alcohol, ritmo y morbo.
Sigue el baile, llega el reggae y te luces con tus pasitos y saltitos… y con la mochila siempre a la espalda; a veces te pones a bailar solo, y ahí entre la penumbra, iluminado levemente por los láser y las luces de colores; bailas y te desvaneces entre otros chicos que con los brazos en alto, haciendo señas con los dedos, se entregan al frenesí del sonido.
Sigo bebiendo. Observo. Pienso.
Un muchachito se acerca a mi mesa; está algo mareadito, sudadito y guapito… pero no estoy para compartir (al menos no esta noche). Se retira riéndose, mordiéndose el labio inferior y cogiéndose el sexo.
Sigo bebiendo y a lo lejos mi Rony querido sigue con su baile demencial, alzo la mano y lo llamo para estar juntos, pero la música lo secuestró… al final me bebí prácticamente solo las dos jarras.
Tres de la mañana.
Cuando ya todos se iban retirando del lugar, nos tocó fugarnos a mi cuarto de veinte soles semanales… “anda a tu casa. Toma para tu motocarro, tu mamá se va a preocupar”…
“no pasa nada manchita, no va a decir nada mi viejita… quiero jatear contigo”.
No había nada más que decir.
A las tres y media nos bañamos juntos y a los cuatro: frescos, renovados y muy sinceros, nos amamos mucho hasta que el sueño acabó con esta historia.
 

DESCRIBO TU CUERPO A COLORES

(Párate en mi cama… pero no pises mis papeles carajo… sácate la ropa… el calzoncillo no huevón, sólo quiero hacer una poesía… sexo no… hoy no, ¿Ok. Baby?

 
Palidez que se pierde entre mis sábanas,
en tus piernas escribo un verso visual
de tu flacidez propicio un verso oral
esquema de voces silenciadas en mi boca…
ritmo… las ondulaciones de tu cuerpo
ascienden hacia el espacio de los pensamientos;
sacude tu cuerpo, sudor nocturno,
torso de marfil, vientre de seda,
invita tu cintura a una lasciva caricia,
al recorrido de tu anatomía sin madurar.

(¡Ya… te puedes largar!)

 
LLANTO AL AMANECER

Habías decidido terminar nuestra relación, luego de muchos meses ser mi enamorado, y bailar conmigo, sólo conmigo, las lambadas de explosión… sí Rony, sí, y sabes muy bien que como yo, Katiuska Miluska nadie más baila, ninguna de esas rangachas amigas tuyas baila mejor que yo, pero… decidiste terminar conmigo, porque tu amigo el “boquichico” me sacó a bailar un vallenato… ¡qué pendejo que eres!... ¿y cuando bailaste con la Mayra ese techno yo que chucha te he dicho?... ¡ni mierda!; pero tú sí puedes bailar con esa posheca con cara de fumona que aún no termina su primaria… ¡bien burra la Mayra!... sí, la conozco demasiado bien para hablar de ella, pero no me importa, si quieres termina conmigo, me importan más mis estudios, además ya voy a quinto papito y tú estás dando pena en tercer año ahí en el clavero; pero… te he querido… no voy a negarlo; al menos sabes chapar: despacito, como queriendo decirme algo… en silencio… con cuidado… bailando muy apegaditos aquí en el Hollywood, lejos de esa mancha de tus amigos haciendo la chancha para la jarra de trago; nosotros con nuestras coca colitas bien heladas.
Sé que tus amigos siempre han querido separarnos, porque ya no paras con ellos cuando venimos a discotequear, y no porque te tengan cariño, sino porque los misios esos esperan, desde siempre, que mandes los tragos; por eso te extrañan y me odian.
Sé que por eso quieres terminar conmigo… no… ni quieras llorar Rony, tus patas te van a ver y te van a joder de chivito; si quieres déjame aquí solita, en la mesa y ya no me estés abrazando porque seré yo la que va a llorar… claro que te quiero, pero si quieres terminar conmigo por una huevada, hazlo… qué voy a hacer.
Voy a agarrar mi motocarro para ir a mi casa… no Rony, tengo plata; sol cincuenta me van a cobrar, además no es tarde… me iré y no me volverás a ver, ni en el bulevar porque no voy a volver a salir, y mejor me voy yendo porque mi mamita está enferma y tengo que cuidarla.
Chau Rony… si quieres me despides de tus amigos… te voy a extrañar.

 
MADRE

Esperaba en la puerta del colegio para llevar a mi hija a casa, por la tarde, antes que anochezca. La tarde de hoy, lluviosa, había humedecido mi enfermo cuerpo y la fiebre me tenía temblando, pero... ¿quién iba a recoger a mi hijita?; su papito ya no está con nosotros y solitas las dos en casa, salimos adelante: ella, siendo una buena estudiante, y yo, lavando ropa, mucha ropa ajena.
Desde ayer estoy mal, esta fiebre que me quiere tumbar, pero no señor, yo soy más fuerte y puedo seguir con mi vida. Tomé un tesito caliente temprano y para venir me puse esta chompita roja de lana que le gusta abrazar a mi Katty porque huele a su papito; sí, aún huele a mi cholo, a mi Carlos; ahora está empapada y yo con el cuerpo adolorido; el auxiliar dice que falta poco para que toquen el timbre anunciando la salida y yo sigo esperando, con esta demencial lluvia que golpea con sus inclementes gotas. Me sube la fiebre y nadie abre la puerta… no importa, después me froto con mentol número 2 y me tomo otro tesito caliente y me sano… pero a mi hijita la tengo que recoger… ¿quién más sino yo?

 
RONY BOY

Descanso. El entablado acomoda mi espalda mientras el vaivén de las aguas arrulla mis pensamientos… la brisa fresca del río y el ronronear de los motores peque-peque me acompañan. Papá está afuera reparando el viejo bote, mientras que mamá vende aguaje arriba en la esquina; mi hermana cuida a Sebastián, el último de nosotros y yo, descanso ya que por la mañana salí con el abuelo a pescar. El descansa en la hamaca.
Tac, tac, tac. El martillo y el cincel abriendo un surco en la parte baja del bote; mi hermana busca sus piojos al Shebuco, mientras él come su pan rosca; tiene seis años y le encanta el pan rosca; yo lo como con el mingado de arroz, para ir a latear para el burdelbar (así lo llama mi pata Fartolino).
Dos de mis amigos hacen de estatuas humanas; la gente se vacila con el espectáculo que realizan los fines de semana; luego con ellos y otros amigos nos vamos a vacilarnos al Hollywood, una discoteca full ambiente donde mayormente somos chibolos; están los rayados, los maleados, pero zanahorias los de mi grupo pues. Ahora que me acuerdo tengo que sacar mi boleta; mi viejo quiere que sirva en el ejército como él, para así reengancharme a una especialidad; él sabe armar botes, soldadura, mecánica creo… yo no quiero servir a la patria, te sacan la mierda esos huevones y por las puras… mejor voy a aprender a manejar motocarro, pero primero mis documentos, ¿no?...¡¡¡uuhhh…!!!
Estoy tercero de secundaria en el clavero, tengo mi flaquita en cuarto, Katty se llama la majadera; es achinadita, rico cuerpito tiene, y se pone sus jeans a la cadera cuando va a una fiesta. Ya van tres domingos al Hollywood conmigo (claro, el domingo es gratis…¡¡¡uuhhh…!!!) y bacán baila la lambada; yo no manchita, soy un tablón bailando, pero ahí la hago ¿no?...pero eso sí, bailando reggaetón nadie me gana... Pucha, ya me arreché pensando en la Katty y hace dos meses que no pasa nada con el rico sexo.
Ya son las cinco creo.
Hoy comenzaron las clases pero mañana recién voy a ir; mi papá ya terminó su chamba y prendió la luz de nuestra balsa… yo sigo de sueño, pero mejor me levanto antes que sienta un patadón… ¡la cagada es mi viejo!
La gente está en la plazuelita. Me baño y subo a ver a mis patas. Hay ahí arriba un patita de lentes, medio pelado, con un tatuaje en su frente que mira hacia aquí y toma nota… ¿qué escribirá?
 

Iquitos 05 de abril del 2004
05:30 p.m.

1 comentario:

  1. En las noches tempestuosas, extraño tu presencia, tus pedos y tus locas carcajadas... buena poesia, la debes publicar.
    att. tairochi

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