se inicia esta historia con las maletas y todo lo necesario para este viaje hacia el norte... postergado desde el 2002
En los motocarros de mi tío Grillo y de Juanito Alimaña nos dirigimos al puerto de la motonave "Eduardo", en el sector de Masusa.
Decidimos viajar en el tercer piso, en la zona VIP de la lancha
Viajando en la zona VIP del "Eduardo", cuesta s/. 60.00 más pero...valió la pena
Ya en la noche el descanso reparador en nuestras respectivas hamacas, yo y mi guapa tía Mery, la responsable intelectual de este viaje
Esa es una de las razones que justifica el precio del viaje en lancha, la calidad en la alimentación... ¡de primera!
Aproveché darme un retoque en mi frondosa cabellera durante el viaje... ¡me estaba dando calor, dice...!
¡Guapa! ¿verdad?.... Un encanto mi tía...
He tenido el gusto de conocer amigos en el viaje, pero este amiguito fue una experiencia especial... ¡Un gran amigo!
El viaje sirve para ver el traslado de productos, pues es lo que fortalece el comercio fluvial.
El potaje de la selva, el rico aguaje
Una rubia a bordo...
Y un atardecer que invita a la contemplación...
El artesano y su obra... asi paso el viaje entretenido y haciendo dinero...
La magia del río y esas aguas que se mezclan con pasión, como nosotros nos entregamos a la aventura del viaje.
El suri, una experiencia nueva para mí.
Por fín pude vencer mis prejuicios... ¡Qué rico el puto gusano, ¿eh?!
Un amigo árabe que es un fuera de serie, con unas ideas de primera: antimperialista, camarada, agnóstico, y consecuente...¡Uno de los nuestros!
aqui alucinándome un piloto de barco. A las justas puedo manejar mi vida... ¡y eso...!
muchos pueblos maravillosos en el camino que uno conoce sólo de paso. Es un compromiso estar en cada uno de ellos absorviendo las vivencias maravillosas de nuestra gente amazónica, que nos hace grandes.
Aquí en la combi, rumbo a Tarapoto, desde la ciudad de Yurimaguas.
Con mi tia Mery en la cabina con el chofer.
Pasisajes impresionantes, pero, muchas curvas, mucho movimiento, muchos baches... ¡qué roche!, Vomité hasta mi alma en el trayecto.
Llegando a Tarapoto, sin perder tiempo, nos subimos a un bus interprovincial, hacia la ciudad de la eterna primavera, Trujillo..
No es publicidad, aunque parezca... (Deberían pagarme, ¿no?)
A bordo, con la rubia de mi tia porsupuesto, comiéndonos una refrescante taperiba para la sed.
Otro viaje agotador...algo de 20 horas en el bus, con muy pocas paradas....
Pero a pesar de todo intentando el descanso necesari para reponer fuerzas, aunque considerando lo incómodo del bus, difícil misión.
Y, como siempre, la rubia en la foto...
Aqui nos acomodamos mientra vemos en el puerto el comercio de madera
Decidimos viajar en el tercer piso, en la zona VIP de la lancha
Viajando en la zona VIP del "Eduardo", cuesta s/. 60.00 más pero...valió la pena
Ya en la noche el descanso reparador en nuestras respectivas hamacas, yo y mi guapa tía Mery, la responsable intelectual de este viaje
Esa es una de las razones que justifica el precio del viaje en lancha, la calidad en la alimentación... ¡de primera!
Aproveché darme un retoque en mi frondosa cabellera durante el viaje... ¡me estaba dando calor, dice...!
¡Guapa! ¿verdad?.... Un encanto mi tía...
He tenido el gusto de conocer amigos en el viaje, pero este amiguito fue una experiencia especial... ¡Un gran amigo!
El viaje sirve para ver el traslado de productos, pues es lo que fortalece el comercio fluvial.
El potaje de la selva, el rico aguaje
Una rubia a bordo...
Y un atardecer que invita a la contemplación...
El artesano y su obra... asi paso el viaje entretenido y haciendo dinero...
La magia del río y esas aguas que se mezclan con pasión, como nosotros nos entregamos a la aventura del viaje.
El suri, una experiencia nueva para mí.
Por fín pude vencer mis prejuicios... ¡Qué rico el puto gusano, ¿eh?!
Un amigo árabe que es un fuera de serie, con unas ideas de primera: antimperialista, camarada, agnóstico, y consecuente...¡Uno de los nuestros!
aqui alucinándome un piloto de barco. A las justas puedo manejar mi vida... ¡y eso...!
muchos pueblos maravillosos en el camino que uno conoce sólo de paso. Es un compromiso estar en cada uno de ellos absorviendo las vivencias maravillosas de nuestra gente amazónica, que nos hace grandes.
Aquí en la combi, rumbo a Tarapoto, desde la ciudad de Yurimaguas.
Con mi tia Mery en la cabina con el chofer.
Pasisajes impresionantes, pero, muchas curvas, mucho movimiento, muchos baches... ¡qué roche!, Vomité hasta mi alma en el trayecto.
Llegando a Tarapoto, sin perder tiempo, nos subimos a un bus interprovincial, hacia la ciudad de la eterna primavera, Trujillo..
No es publicidad, aunque parezca... (Deberían pagarme, ¿no?)
A bordo, con la rubia de mi tia porsupuesto, comiéndonos una refrescante taperiba para la sed.
Otro viaje agotador...algo de 20 horas en el bus, con muy pocas paradas....
Pero a pesar de todo intentando el descanso necesari para reponer fuerzas, aunque considerando lo incómodo del bus, difícil misión.
Y, como siempre, la rubia en la foto...