DIOS CONTRA EL DIABLO

Cuando hablamos de dios, muchas personas piensan en la figura de este ser todopoderoso, bondadoso, omnipotente, misericordioso, que todo lo ve y todo lo sabe; una suerte de súper agente celestial de inteligencia. Y si hablamos del otro personaje antagónico de dios: el diablo, se nos viene a la cabeza la imagen de aquel nefasto, oscuro, maquiavélico, cornudo personaje, con patas de macho cabrío, con fuego y azufre alrededor, y bien malillo él...

No hay nada tan erróneo en todo esto; resulta todo lo contrario y lo voy a demostrar a continuación:

Dios, durante toda la historia de la humanidad, quiso imponernos un reino de servidumbre, de misericordia, de esclavitud de conciencia, de estreñimiento mental; lo logró y lo sigue logrando hasta el día de hoy con sus MIERDÓDROMOS: templos, sinagogas, iglesias y otros lugares donde lavan cerebros de manera industrial.

Dios comenzó su labor sojuzgante creando a los ángeles, a partir de ahí hizo de los alados personajes, una suerte de gran juego de ajedrez, de soldaditos sin voluntad (de ahí que la iglesia desde siempre se lleva maravillosamente bien con los cuerpos castrenses y políticos); que bailan al son del creador. Estaba terminantemente prohibido hacer uso de un detalle de la creación: la conciencia, el criterio personal, LA INTELIGENCIA; todos los ángeles, para evitar represalias y no se les muestre videíto por las actividades homoeróticas que realizaban, estar en buenas relaciones con el jefe y gozar de las celestiales ventajas de ser creaturas del señor, acataban todas las órdenes sin murmuraciones, sin peros, sin poner la más mínima resistencia. Dios siempre adoró eso: seres serviles, llenos de taras y complejos, amorfos, sangrantes, dolientes.

Todo funcionaba bien, ya dios había desarrollado un imperio de sumisión, de constante tensión, y es, bajo ese clima de inestabilidad, que aparece la figura de un ángel rebelde, un paradigma de la actual juventud combativa, anarquista, lista para defender sus más preciados ideales. Cuestionó las órdenes del todopoderoso, quiso saber, por lo menos, las razones por las cuales hacía aquello o lo otro. Era un grupo de ángeles que decidieron cambiar aquella esclavizante situación, pidiendo al creador un modo digno de vivir, que sean respetados sus más elementales derechos... craso error, pues aquella actitud les costó muy caro: fueron echados del cielo: calumniados, maltratados, vilipendiados, y fueron a parar a un lugar caliente y virgen como era la tierra. Esa actitud reafirmaba el todopoder de dios, y servía de escarmiento para que cualquier rebeldillo de pacotilla no osara cuestionar la labor sacra de dios (Este es un buen punto, pues, hemos de recordar que todos los sátrapas, todos los dictadores, los malos gobernantes que existieron y existen en el mundo, fueron y son muy creyentes, muy religiosos... ¡MAL EJEMPLO...!).

La imagen de dios se comenzó a resquebrajar; es así que, para dejar bien en claro quién era el que mandaba ahí, decidió crear LA HUMANIDAD: hombre y mujer los hizo, Adán y Eva los llamó. Les dio un lugar paradisíaco para vivir, abundante fauna y flora, belleza por doquier; dios dio a esta pareja una placentera vida, con todo lo que ellos desearan, pero, a diferencia de los ángeles, les privó de la inteligencia, la misma que puso en los frutos de un árbol el cual prohibió comer definitivamente.

Era lógico, su reino se vio amenazado por seres pensantes, no quería arriesgarse de nuevo con actos de rebeldía; pero no contaba con alguien quien ya era declarado enemigo de dios: Lucifer, el diablo, el ángel caído que vivía en la tierra desde mucho tiempo antes; se disfrazó de serpiente y convenció a Eva que comiera del fruto, que le otorgaría a ella y a su pareja la posibilidad de pensar, de cuestionar, de ser INTELIGENTES. Fue otro golpe para dios, quien maldijo a la humanidad a través de Adán y Eva, y "satanizó" a Lucifer, el ángel más bello del cielo en algún momento, y, por ende, la imagen macabra, horrenda, oscura que tenemos del él hasta el día de hoy.

Fue, en resumen, nefasto para la humanidad, pues a partir de entonces la inteligencia riñe con los propósitos divinos.

(Alguien debería dejar el cargo por incompetencia).

Dios es un ser lleno de rencor hacia la humanidad, ejemplo de ese rencor hacia nosotros desde siempre, es el eterno deseo de desaparecernos; a través de diluvios, cataclismos, guerras, conquistas, inquisiciones, utilizando a estos traidores de la humanidad llamados: curas, pastores, rabinos, ministros de fe. El propósito de dios es que todo marche según sus designios, sus personales propósitos, sin importarle lo que sus creaturas deseen; todo acto de rebeldía, de independencia de pensamiento, de acción, de dosis de anarquía, de comunismo, de libre albedrío, resulta ofensivo para este nefasto personaje como es dios; todos los que buscamos ser seres concientes, huimos de la influencia de la religión, pues es ésta la que adormece conciencias:

"Cristo murió en la cruz, por ti... debes hacerlo por él"

"Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa"

"Bienaventurados los pobres.."

"Eres mi pastor, oh, señor"

"Temo a dios..." 

y una zarta de huevadas que desequilibran la razón.

Busquemos ser seres inteligentes, busquemos a Lucifer en cada uno de nosotros, seamos esa LUZ DE LA MAÑANA, portadores de conciencia libre, de individualidad y rompamos esos moldes en donde, aún, un hijo de puta sigue poniendo porciones de barro, dando su fétido soplo de vida y haciendo trabajos en serie de todos nosotros; seamos constructores de nuestros propios destinos, no seamos rebaño, ovejas de un pastor, seguidores de caudillos; seamos como el salmón, aquel pez que nada contra la corriente; seamos portadores de críticas, constructores de nueva vida y los más honestos “creadores” de un mundo mejor.

Carlos Robalino Marchand

http://www.carma.tk/